viernes, 19 de abril de 2013

RESISTENCIA AL CAMBIO Y LA INNOVACIÓN



RESISTENCIA AL CAMBIO Y LA INNOVACIÓN
 

     Diversas variables impiden, obstaculizan o condicionan los procesos de cambio e innovación educativa. Algunos, de carácter subjetivo, tienen que ver más directamente con la actitud, la conciencia y la cultura docente. Otros, por el contrario, se relacionan más directamente con las condiciones en que el profesorado ejerce su oficio. Con frecuencia, no obstante, confluyen de forma interdependiente los factores objetivos y subjetivos.
     Carbonell (CAÑAL DE LEÓN, 2002) agrupa estos factores contrarios, o como él los llama, los siete pecados capitales de la innovación educativa, en los siguientes:
1-     La inercia institucional: Existe una predisposición a continuar trabajando tal como se hace y se ha hecho toda la vida. Lo nuevo asusta e inquieta al profesorado porque pone en cuestión la acomodación a lo ya conocido y el mantenimiento de intereses y rutinas personales y profesionales muy arraigados. La docencia gusta, en su versión más alienada y funcionarial, de la estabilidad, la comodidad y la previsibilidad. Además, históricamente, las instituciones se han basado más en la continuidad que en el cambio.
2-     El individualismo: La cultura del individualismo docente se relaciona con metáforas del aula como caja de huevos. Su seña de identidad es la excusa de la autonomía o la independencia, entendida en clave de aislamiento y soledad absolutos. Se trata de un poder débil, pero el apego del profesorado al aula como territorio o finca particular, en el que nadie ni nada se inmiscuye ni lo altera un ápice, le proporciona una gran seguridad.
3-     El corporativismo: Este tiene dos expresiones organizativas: la constitución de pequeños grupos dentro de la institución escolar atendiendo a su pertenencia a un ciclo, departamento o área de conocimientos que pugnan entre sí por la obtención de más recursos, cuotas de poder y una mayor legitimidad; y la del colectivo docente en su conjunto que antepone la defensa de sus intereses particulares –no siempre justos ni justificados- a los generales de la comunidad educativa. En este sentido, muestra su poder hegemónico en la toma de decisiones ante el alumnado y las madres y padres, sectores a los que ignora o minusvalora o con los que busca más el enfrentamiento que la colaboración.
4-     La formación del profesorado: Al margen de su mayor o menor predisposición al cambio, se constatan grandes lagunas en su formación inicial y permanente. Un amplio sector del profesorado sólo está capacitado para la mera transmisión de contenidos. Y es obvio que enseñar la asignatura no basta; hay que disponer también de estrategias y recursos diversos para provocar un aprendizaje significativo y vinculado a las necesidades del alumnado y del entorno. Su capacitación, por otra parte, ha sido y continua, siendo muy academicista y no se piensa el desarrollo profesional para la reflexión en la acción ni el trabajo cooperativo, condiciones imprescindibles para lograr una autonomía responsable y generar procesos de innovación.
5-     La falta de un clima de confianza y consenso: No hay posibilidad de innovación sin un clima de confianza en el seno de los equipos docentes y en la comunidad escolar para compartir objetivos y proyectos comunes. Son requisitos previos o paralelos para emprender cualquier tipo de iniciativa. Ello requiere, sobre todo, modificar aspectos de la organización del centro, así como los mecanismos de comunicación, representación y comunicación entre todos los sectores afectados. Se trata de crear el ambiente psicológico y ecológico adecuado para la mejora de las relaciones humanas y profesionales.
6-     La intensificación del trabajo docente y el control burocrático: Son diversos y ampliamente difundidos los análisis en torno a la intensificación de las tareas docentes y la proletarización del profesorado. Cada vez más los cambios acaecidos en la sociedad se traducen en nuevas demandas a la escuela como si ésta tuviese la clave para la solución de todos los problemas. Esto conlleva un agobio y el aumento del llamado malestar docente. Al respecto, conviene tener claro que las responsabilidades de la educación han de ser compartidas por todos los agentes sociales y en ningún caso pueden afrontarse desde la soledad de la institución.
7-     La falta de apoyos de la administración educativa: La escasa sensibilidad de los poderes públicos hace que los presupuestos de educación sean bajos, los recursos técnicos y humanos escasos y los apoyos a la labor docente insuficientes. Esta desidia es aún mayor en la planificación, seguimiento y evaluación de los proyectos innovadores.


OBJETIVOS DE LA INNOVACIÓN EDUCATIVA



OBJETIVOS DE LA INNOVACIÓN EDUCATIVA

     Si bien el principal objetivo de los procesos de innovación es mejorar la calidad de la educación, también es cierto que tiene otros objetivos como los siguientes

a)     Promover actitudes positivas en toda la comunidad educativa en función de un comportamiento permanente, abierto a la necesidad del cambio y sus implicaciones, a la adecuación del currículo y a las necesidades e intereses de los alumnos y alumnas.

b)    Crear espacios y mecanismos en las instituciones educativas para identificar, valorar, sistematizar, normalizar, aplicar y difundir las experiencias novedosas que contribuyan a la solución de problemas educativos que estén afectando la calidad de los aprendizajes de los estudiantes.

c)     Animar el desarrollo de propuestas educativas válidas que respondan a la realidad de nuestro país y que rescaten la creatividad, la riqueza humana y los recursos naturales y culturales que provee nuestro medio.

d)    Promover transformaciones curriculares flexibles, creativas y participativas, acordes con las necesidades de los sujetos y de su comunidad, procurando una educación de calidad y de aprendizajes significativos.

e)     Implementar la aplicación de teorías, procesos, métodos y técnicas administrativas y docentes reconocidamente válidos, congruentes con las necesidades de la institución y de la comunidad, en su pro pósito de buscar una mejor calidad de la educación.


f)     Estimular la investigación como un elemento cotidiano determinante de la formación profesional continua de los y las docentes a partir de su propia práctica educativa.

g)    Recuperar y sistematizar experiencias del personal docente, directivo, asesor y supervisor.


h)     Compartir y transferir a otras escuelas y docentes las experiencias educativas innovadoras para ampliar y generalizar la experiencia.

i)      Crear condiciones permanentes para que las experiencias innovadoras se conviertan en una práctica institucionalizada, es decir, en cultural organizacional.
 

¿Qué es Innovación Educativa?



¿Qué es Innovación Educativa?
     Varios autores han aportado con definiciones de innovación educativa. Entre ellos está Jaume Carbonell (CAÑAL DE LEÓN, 2002: 11-12), quien entiende la innovación educativa como:
“(un) conjunto de ideas, procesos y estrategias, más o menos sistematizados, mediante los cuales se trata de introducir y provocar cambios en las prácticas educativas vigentes. La innovación no es una actividad puntual sino un proceso, un largo viaje o trayecto que se detiene a contemplar la vida en las aulas, la organización de los centros, la dinámica de la comunidad educativa y la cultura profesional del profesorado. Su propósito es alterar la realidad vigente, modificando concepciones y actitudes, alterando métodos e intervenciones y mejorando o transformando, según los casos, los procesos de enseñanza y aprendizaje. La innovación, por tanto, va asociada al cambio y tiene un componente –explícito u oculto-ideológico, cognitivo, ético y afectivo. Porque la innovación apela a la subjetividad del sujeto y al desarrollo de su individualidad, así como a las relaciones teoría -práctica inherentes al acto educativo.”

Por su parte, Francisco Imbernón (1996: 64) afirma que:
“la innovación educativa es la actitud y el proceso de indagación de nuevas ideas, propuestas y aportaciones, efectuadas de manera colectiva, para la solución de situaciones problemáticas de la práctica, lo que comportará un cambio en los contextos y en la práctica institucional de la educación”.

De otro lado, Juan Escudero (PASCUAL, 1988: 86) señala que:
“Innovación educativa significa una batalla a la realidad tal cual es, a lo mecánico, rutinario y usual, a la fuerza de los hechos y al peso de la inercia. Supone, pues, una apuesta por lo colectivamente construido como deseable, por la imaginación creadora, por la transformación de lo existente. Reclama, en suma, la apertura de una rendija utópica en el seno de un sistema que, como el educativo, disfruta de un exceso de tradición, perpetuación y conservación del pasado. (...) innovación equivale, ha de equivaler, a un determinado clima en todo el sistema educativo que, desde la Administración a los profesores y alumnos, propicie la disposición a indagar, descubrir, reflexionar, criticar...cambiar.”

Escudero concluye afirmando que hablar de innovación educativa significa referirse a proyectos socioeducativos de transformación de nuestras ideas y prácticas educativas en una dirección social e ideológicamente legitimada, y que esa transformación merece ser analizada a la luz de criterios de eficacia, funcionalidad, calidad y justicia y libertad social.

Penetración de las Tecnologías Educativas en Venezuela



La tecnología educativa no es un término acuñado recientemente, aunque implique la palabra tecnología que entre sus acepciones las más conocida es la que se refiere a la propaganda comercial y no a su verdadero significado, se trata de todos los medios elaborados por los humanos con el fin de servir de apoyo al entorno y proceso educativo (libros, implementos de laboratorio para ciencias, retroproyectores, pizarrón, tiza).
     Ahora bien en el siglo actual las tecnologías que van a la cabeza son precisamente las multimedia y digitales, muchas de ellas accedidas de forma unipersonal (internet, televisión, videos) y que han dado en gran parte la posibilidad al participante de aprender descubriendo y no basar su comprensión en métodos pasivos.
     Aunque en Venezuela hemos tenido los medios siempre debemos tener en cuenta la cobertura que se tiene de estas tecnologías sobre todo a nivel rural y que precisamente en lo que se refiere a computación muchas veces no es factible, dando su lugar a la TV, esto puede cambiar con los objetivos de la Agencia Bolivariana para actividades espaciales con el proyecto VENESAT-1 y encaminarnos hacia un sistema integrado de tecnologías.
     ¿Qué se puede hacer para desarrollar y reforzar en Venezuela la tecnología educativa?
  1. Poner al servicio de la educación las bondades satelitales usando las redes nacionales de televisión o comunicación computacional.
  2. Respaldar iniciativas con financiamientos públicos o privados sobre la producción investigativa, conferencias y sumarios que puedan ser transmitidas con carácter global.
  3. Colaboración e intercambio de experiencias nacionales con sus contrapartes internacionales.
  4. Respaldar organismos privados o públicos que con sus acciones optimicen y detecten necesidades nacionales de tecnologías.
  5. Estimular a todos los niveles educativos para incorporar en sus planes de estudio cursos, talleres o seminarios que incorporen a las tecnologías educativas, así como el perfeccionamiento docente en las mismas.
  6. Incentivar a la educación a distancia.
  7. Respaldar la investigación universitaria en este sentido, convergiendo en un cambio de paradigma con respecto a la utilización de estos medios, teniendo como resultado un efecto multiplicador.
  8. Incentivar la producción televisiva y computacional educativa.
     Es preciso lograr una equidad en la educación que permita usar los medios y tecnologías educativas al servicio de la colectividad.
Eduardo Echeverría (http://www.awven.com/q11-penetracion-tecnologias-educativas-venezuela/